Un total de 157 ejemplares de falsas orcas (Pseudorca crassidens), una de las especies más grandes dentro de la familia de los delfines oceánicos, quedaron varados este martes 18 de febrero de 2025 en una remota playa cerca de la entrada del río Arthur, en la costa oeste de Tasmania, Australia. Estos animales, conocidos por la forma de su cráneo similar a la orca, se encontraban en un estado crítico tras quedar atrapados en la orilla.
De este grupo de falsas orcas, solo 90 individuos sobrevivieron hasta el miércoles por la tarde, afectados por la exposición al sol ardiente y los vientos intensos. Tras un exhaustivo intento de reflotamiento que fracasó debido a las extremas dificultades geográficas de la zona, las autoridades decidieron sacrificar a los animales de manera humana, para evitarles un sufrimiento prolongado.
"Tras la evaluación veterinaria experta, tomamos la decisión de sacrificar a los animales para asegurar su bienestar y seguridad", señaló Shelley Graham, encargada del operativo de rescate. La zona donde ocurrió el varamiento es una de las más inaccesibles en Tasmania, lo que dificultó aún más la posibilidad de salvar a los delfines. Según Kris Carlyon, biólogo y parte del equipo de rescate, "hemos intentado con todas nuestras fuerzas, pero el lugar es extremadamente remoto y difícil de acceder".
Las falsas orcas son especies de gran tamaño que pueden alcanzar hasta seis metros de longitud y pesar más de una tonelada. Son conocidas por su comportamiento altamente social, formando grupos de 50 o más individuos, lo que explica por qué una desorientación de uno de los miembros del grupo puede arrastrar al resto hacia aguas poco profundas. Este tipo de varamientos masivos no es infrecuente en las costas australianas, pero el ocurrido en Tasmania marca la primera vez en 50 años que esta especie se encuentra varada en esa zona en particular.
"Cuando un grupo de falsas orcas queda varado, el reloj de supervivencia comienza a correr rápidamente", explicó Vanessa Pirotta, científica marina que participó en el análisis del caso. "Este tipo de eventos extremos no solo pone en riesgo a los animales, sino también pone de manifiesto la vulnerabilidad de la región ante estos fenómenos", añadió.
La situación en Tasmania no es aislada. En 2020, más de 470 ballenas piloto quedaron varadas en la misma región, con un número significativo de ellas muriendo. Este tipo de varamientos ha sido vinculado a factores como la desorientación debido a los sonares de grandes buques y la alteración de los patrones migratorios de los grupos debido a enfermedades o cambios ambientales.
El varamiento de las falsas orcas en Tasmania añade otro capítulo a la historia de estos trágicos eventos, que ya han afectado a la fauna marina australiana. La especie de las falsas orcas se encuentra clasificada como "casi amenazada" por las autoridades de conservación, lo que aumenta la preocupación por la seguridad y sostenibilidad de su población.