El Papa Francisco, hospitalizado desde hace once días debido a una neumonía bilateral, continúa en estado crítico, pero pasó una noche estable, según informó el Vaticano. A pesar de su condición, el pontífice de 88 años puede levantarse, comer con normalidad y su estado de ánimo sigue siendo bueno.
El Vaticano indicó que Francisco sigue recibiendo oxígeno a alto flujo y mantiene un cuadro clínico complejo que requiere extrema precaución. Aunque su anemia ha mejorado y su trombocitopenia se ha estabilizado con transfusiones, los médicos han detectado una insuficiencia renal leve que está bajo control.
El deterioro en la salud del papa ocurrió el sábado tras un ataque asmático prolongado y complicaciones hematológicas que requirieron transfusiones. Expertos médicos advierten que la insuficiencia renal podría estar relacionada con una infección en curso y que los próximos días serán decisivos para su recuperación.
Desde Roma hasta Latinoamérica, miles de fieles han organizado oraciones por la salud del pontífice. Líderes políticos y religiosos han expresado su apoyo, incluyendo a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Este lunes, se realizará una vigilia en la Plaza de San Pedro, encabezada por el cardenal Pietro Parolin, en un gesto de unión y esperanza por la salud del líder de la Iglesia católica.