Productores de café de la región de Coatepec, Veracruz, nuevamente alzaron la voz en protesta por la grave crisis que enfrentan debido a la caída en los precios del café cereza. La manifestación, realizada en Plaza Lerdo, tuvo como objetivo denunciar el abuso de grandes empresas que siguen comprando el grano a precios muy bajos, lo que afecta directamente a las comunidades cafetaleras.
Fernando Celis Callejas, asesor general de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), expuso que el precio actual del café en la región es de 15.50 pesos por kilogramo, mientras que el precio justo debería ser de al menos 25 pesos, según los estándares internacionales. Además, las grandes corporaciones como Nestlé continúan controlando la comercialización y manipulan los precios a su favor, a pesar de que la producción de café no ha disminuido.
La problemática ha alcanzado una magnitud alarmante, ya que el 70% de la producción de café en México proviene de comunidades indígenas que se encuentran atrapadas en un ciclo de pobreza. Un estudio reciente elaborado por Empower, Coffee Watch y ProDESC reveló que tanto Nestlé como Starbucks dependen de acaparadoras multinacionales que influyen en los precios del café y establecen condiciones abusivas que afectan a los productores. En 2023, el precio de un kilogramo de café cereza fue de apenas 0.25 USD, muy por debajo de los 1.2 USD que los caficultores consideran necesarios para una producción sostenible.
El informe también denuncia las precarias condiciones laborales a las que se enfrentan los caficultores, muchos de los cuales deben recurrir al trabajo infantil y al "coyotaje" para sobrevivir. Las grandes empresas, como Nestlé y Starbucks, aprovechan su relación con las autoridades mexicanas para mantener un sistema que perpetúa la pobreza entre los productores. Además, se cuestiona la efectividad de sus programas de certificación como C.A.F.E. Practices y 4C, los cuales fueron diseñados para garantizar prácticas justas, pero según el estudio, no han logrado cambiar la realidad de los caficultores.
El informe también señala que los precios bajos y las malas prácticas de las multinacionales, como la presión para cultivar café robusta, han afectado la calidad del producto y los ecosistemas. Los productores exigen una intervención urgente del gobierno federal para detener la explotación y asegurar un precio justo que permita la supervivencia de las comunidades cafetaleras.