Japón lucha por contener un devastador incendio forestal que ha consumido una superficie récord desde 1992, dejando al menos un muerto y forzando la evacuación de miles de personas en la ciudad de Ofunato, en la región boscosa de Iwate.
El fuego, que comenzó el miércoles, ha destruido más de 80 edificios y ha movilizado a 1,700 bomberos en un esfuerzo por frenar su avance. De acuerdo con la Agencia de Gestión de Incendios, las llamas han afectado 1,200 hectáreas, superando los incendios registrados en décadas pasadas.
Las autoridades aún investigan la causa del siniestro, mientras que las imágenes aéreas transmitidas por la cadena NHK muestran la magnitud del desastre. La situación es crítica debido a la combinación de vientos fuertes y sequía, condiciones que han favorecido la propagación del fuego.
Japón experimentó en 2024 su año más caluroso registrado, lo que, según la Agencia Meteorológica Nacional (JMA), se suma a una tendencia global de fenómenos extremos cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
Históricamente, los incendios forestales en Japón ocurren con mayor frecuencia entre febrero y abril, cuando el aire es más seco y los vientos más intensos. En 2023, se reportaron aproximadamente 1,300 incendios en el país.
Las autoridades continúan en alerta máxima y han solicitado a la población mantenerse informada y seguir las indicaciones de seguridad para evitar más víctimas.