El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado la suspensión inmediata de toda la ayuda militar destinada a Ucrania, incluyendo el armamento que ya se encontraba en territorio polaco listo para su entrega final a las fuerzas ucranianas. Esta medida se produce tras una acalorada reunión en la Casa Blanca con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la que ambos líderes mostraron profundas discrepancias sobre el enfoque para alcanzar la paz en la región.
Según fuentes de la administración estadounidense, Trump está decidido a lograr un acuerdo de paz y considera esencial que "todos nuestros socios estén comprometidos con ese objetivo". Por ello, ha decidido "poner en pausa" la ayuda militar y revisarla para asegurarse de que contribuye a una solución pacífica del conflicto.
Esta suspensión de la asistencia militar representa un cambio significativo en la política exterior de Estados Unidos hacia Ucrania y ha generado preocupación entre los aliados europeos. Analistas internacionales señalan que esta decisión podría debilitar la posición de Ucrania en las negociaciones y fortalecer la influencia de Rusia en la región.
La comunidad internacional permanece atenta a las repercusiones de esta medida y a la respuesta del gobierno ucraniano, que hasta ahora ha evitado criticar abiertamente la decisión con la esperanza de que las relaciones con Washington puedan reconducirse.