El gobierno chino ha reaccionado enérgicamente ante la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos, advirtiendo que está listo para enfrentar cualquier tipo de conflicto comercial. Esta disputa se da en el contexto de crecientes tensiones bilaterales, especialmente relacionadas con el tráfico de fentanilo, y con la presión de Washington para que Beijing adopte medidas más estrictas contra los precursores químicos usados en su fabricación.

En un mensaje del Ministerio de Exteriores chino, se dejó claro que si Estados Unidos busca una guerra, ya sea arancelaria, comercial o de cualquier otra índole, China está dispuesta a luchar hasta el final. Esta postura tajante ha intensificado las tensiones entre ambas potencias globales, que atraviesan uno de sus momentos más conflictivos en años.

Simultáneamente, China ha anunciado un incremento del 7,2% en su presupuesto de defensa para este año, buscando fortalecer sus capacidades militares en respuesta a la creciente presión de Washington y sus aliados. Este aumento, estimado en 245 mil millones de dólares, refleja la determinación de Beijing por consolidar su posición estratégica en la región. Sin embargo, algunos analistas advierten que el gasto real podría ser mucho mayor debido a la inclusión de partidas militares en otros presupuestos del gobierno.