Llego el ocho de marzo, día en que el canon de belleza nos dice quién debe marchar y quién no. El día que debemos aceptar que nos digan 'feliz día', pese a que es una conmemoración por la muerta de 129 mujeres. Ese día en que no hablemos de derechos como la interrupción legal del embarazo, porque debimos cerrar las piernas antes. El día que quemar una puerta, pintar un edificio, gritar consignas 'no es la forma de exigir un cambio'. El día en que nos intentan reprochar que marchamos juntas aunque a veces peleemos o desintamos, porque cuestionan los intereses legítimos de cambio.
El Día de la Mujer es un recordatorio doloroso de la deuda histórica que tiene la sociedad con las mujeres, no importa en que momento nos encontremos, las mujeres seguimos siendo sobajadas, minimizadas, violentadas, acosadas, denigradas, y siempre hay nuevos espacios para hacerlo. Ahora son las redes sociales, en donde cientos de memes se viralizan para mofarse de 'las mamás luchonas', de las mujeres empoderadas, de las figuras de poder que han roto el techo de cristal como puede ser la mismísima presidenta de la República.
Para todos aquellos que se sienten tan ofendidos por la marcha del 8M, no los invito a que reflexionen, es inútil, lo que invito es a que los veamos y gritemos más fuerte, rayemos más paredes, viralicemos más los reclamos, nos unamos más y más para que no haya una rendija en donde quepa el machismo perpetuo que tanto daño ha dejado, no por ellos, por nosotros, por las generaciones siguientes, que vean como un pasado extinto los pañuelos morados ondeandose. Que entre las abuelas del mañana cuenten como una anécdota los pasos que reclamaban la vida de las 10 mujeres muertas por día en el país, los saltos que al unísono rechazaban 'ser macho' queden atrás como el que siete de cada diez mujeres, niñas y adolescentes sufren violencia de todo tipo.
Llegó un nuevo 8M, las pintas se borrarán, en la conversación se diluirá, pero no en todos, no en todas, resultados ya hay es la unión que se logró y perdurará hasta que no haya lucha que continuar.
