“Si México está viendo como normal que existan campos de exterminio, que hayan 65 homicidios cada día… eso solamente nos dice que hemos normalizado nuestra dualidad, el terror”.
Cuando se habla en este país de que en pleno 2025 existió un campo de exterminio, en la zona de Jalisco, en el municipio de Teuchitlán, seguramente la respuesta será “no puede ser creíble”, pero es verdad… es la realidad que existe, no sólo ahí sino que muy probablemente en más latitudes de México.
Los diarios nacionales dieron cuenta de una estremecedora imagen, en ese predio que seguramente fue del terror, se encontraron más de 400 pares de zapatos que muy posiblemente les fueron despojados a las personas que terminaron su existencia en ese lugar, como solamente una muestra de lo que ya todos sabemos qué pudiera haber pasado en ese lugar, pero que con sólo pensarlo o poder mencionarlo, nos obliga a no decirlo en público, para no tener esas imágenes en nuestra memoria colectiva, pero que al final de cuentas esa realidad sigue ahí; como aquel elefante sentado en esta habitación: y que es la violencia.
Nos hemos concentrado tanto en hablar en las últimas semanas del “México de los aranceles”, del Tratado de Libre Comercio, y que se ha podido por lo menos sentar a negociar con un iracundo e impredecible mandatario estadunidense como Donald Trump. Y eso está bien, en todo caso ese es el México exitoso que forma parte hoy por hoy de una poderosa región económica en el mundo.
Sin embargo, esta terrible realidad sigue aquí, y mientras que el Estado Mexicano no está presente con su estructura de protección en regiones del país como del propio Jalisco o más estados del resto del territorio nacional; a la vez pretende hacerlo mediante la entrega de un cheque clientelar electoral disfrazado de “beca”.
Hay una ausencia total. ¿Cómo puede existir un campo de exterminio sin que ninguna autoridad se dé cuenta? A eso únicamente se le puede llamar “crisis de estatalidad”.
Por esta dantesca e ineludible realidad, no podemos celebrar nada en absoluto, es increíble que se convoque a la plaza pública a gritar que “viva la soberanía nacional” (A lo que eso signifique para la 4T), mientras el Estado ha dejado una espantosa ausencia en capacidades de control de territorio y protección en varias zonas de esta República Mexicana
Estamos en el límite… Si México está viendo como normal que existan campos de exterminio, que hayan 65 homicidios cada día… eso solamente nos dice que hemos normalizado nuestra dualidad, el terror y caer en la pavorosa resignación de que el Estado ha soltado una de sus principales funciones, como lo es el ejercicio del monopolio de la seguridad pública.