Por Redacción Contra Réplica

Israel rompe el alto el fuego en Gaza y lanza una ofensiva con más de 400 muertos

Israel ha lanzado una serie de ataques aéreos sobre la Franja de Gaza, poniendo fin al alto el fuego que se mantenía desde enero. Más de 400 personas han muerto y cientos han resultado heridas. La operación ha sido justificada por el gobierno israelí tras el rechazo de Hamás a una nueva propuesta de liberación de rehenes.

El conflicto, que comenzó hace 17 meses con el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, sufrió una pausa el 19 de enero con la entrada en vigor de un alto el fuego mediado por Estados Unidos, Egipto y Qatar. Durante las semanas siguientes, Hamás liberó algunos rehenes, y cientos de miles de palestinos desplazados regresaron a sus hogares. Sin embargo, las negociaciones para una segunda fase de alto el fuego no avanzaron, lo que generó tensiones entre las partes.

La nueva propuesta de Israel consistía en una liberación de la mitad de los rehenes capturados por Hamás a cambio de una extensión de la tregua y la promesa de futuras negociaciones. Sin embargo, Hamás rechazó esta oferta, acusando a Israel de sabotear el acuerdo existente.

Ante esta negativa, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó reanudar las ofensivas, afirmando que Israel actuará con fuerza militar creciente. Los ataques, que han dejado más de 400 muertos, han sido calificados por la ONU como "un infierno en la tierra", mientras que organizaciones humanitarias han alertado sobre la situación crítica de los hospitales en Gaza.

La comunidad internacional ha reaccionado de manera mixta: mientras que Estados Unidos ha expresado su apoyo a las acciones de Israel, otros países y organismos internacionales han condenado la reanudación de los ataques. El conflicto no solo ha causado una gran cantidad de víctimas, sino que también amenaza con desencadenar una nueva escalada de violencia en la región.

La situación en Gaza se mantiene tensa, y la reanudación de los combates podría tener repercusiones más amplias, afectando las relaciones internacionales y la estabilidad en Medio Oriente. La continuidad del alto el fuego y las negociaciones futuras permanecen inciertas, lo que aumenta la preocupación sobre el destino de los rehenes y la población civil atrapada en el conflicto.