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Jonathan Flores
Opinión

Espacio en blanco

Decepción, es lo que me sigue provocando el ver las reacciones que están teniendo todos los niveles de autoridades de gobierno de este país. Miseria, es lo que veo en cada uno de los que han negado e intentan lavarse la cara ante la situación que está viviendo México tras el hallazgo del caso Teuchitlán en Jalisco.

Y es que esto no se trata de que, si es responsabilidad de un gobierno o es de otro, o de la oposición o de un presidente municipal, o de un gobernador omiso, o de un expresidente… Sino que son todos; todos los que han aparecido a negar una realidad que nos ha venido acompañando desde hace décadas y que tiene que ver con la violencia que azota a esta nación.

Los hoy gobernantes de este movimiento llamado “Cuarta Transformación” (4T), se postularon para el servicio público prometiendo que iban a resolver los problemas que tenemos, y no para no reconocerlos, echarle la culpa a los del pasado y no decidir cómo solucionarlos. Y eso… eso principalmente es lo que me decepcionó de un movimiento en el que creí y hoy veo que se empeña en ser parte de una negación constante, cuando ellos mismos son los que deberían encabezar la indignación por esta catástrofe.

¿Pero por que nos sorprende ahora, si aprendieron de un hombre que se vivió todo un sexenio deslegitimando el activismo de los padres de niños con cáncer, por ejemplo? Si podemos imaginar la peor de las crueldades, sería esa.

Hoy lo que encontramos es una campaña, enorme de lavado de cara vergonzosa por parte de todas aquellas figuras cercanas y emblemáticas de la 4T en el poder.  

Y lo que más me decepciona, es que este movimiento de la 4T, se dice llamar humanista, pero dirige toda su virulencia y mirada de desprestigio hacia la labor de las madres buscadoras, quienes se han convertido en esa voz pesada y dolorosa de cómo buscarse restos humanos en un país que prácticamente ha visto normal el vivir entre fosas y más de 80 homicidios diarios.  

Todos aquellos que pertenecen a ese “lado correcto de la historia” (como así lo denominan ellos), pidieron nuestro voto para poder resolver esta crisis de los desaparecidos, y fue por lo que se postularon. Y hoy cuando aparece una esta catástrofe en el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, es cuando intentan deslegitimarlo, con todo el enorme aparato del Estado Mexicano.