Por Redacción Contra Réplica

Infarto o ansiedad cómo saber la diferencia y actuar a tiempo

Ambas condiciones pueden causar dolor en el pecho, pero diferenciarlas es clave para recibir la atención adecuada.

En un mundo donde el estrés y el ritmo acelerado son parte de la rutina, el cuerpo puede reaccionar con señales de alerta que no siempre se interpretan correctamente. Sentir un dolor en el pecho puede despertar el temor a un infarto, pero en muchos casos, se trata de un ataque de ansiedad. Aunque los síntomas pueden parecer similares, conocer sus diferencias puede ser vital.

Un infarto ocurre cuando una arteria coronaria se bloquea, impidiendo que el oxígeno llegue al corazón. Factores como una mala alimentación, la falta de ejercicio, la obesidad, la diabetes y la hipertensión aumentan el riesgo. Los síntomas más comunes incluyen opresión en el lado izquierdo del pecho, dolor irradiado hacia el brazo o la mandíbula, dificultad para respirar, sudor frío y mareos.

Por otro lado, un ataque de ansiedad es una respuesta del cuerpo ante el estrés extremo. Puede generar taquicardia, dificultad para respirar, sudoración, temblores y sensación de ahogo. A diferencia del infarto, el dolor en el pecho suele cambiar de intensidad con la respiración o la postura.

Una diferencia clave es la duración: los ataques de ansiedad suelen ser breves, mientras que el dolor de un infarto puede prolongarse hasta 20 minutos. Además, el dolor de un infarto es intenso y constante, mientras que el de la ansiedad puede variar según la posición corporal o la respiración.

Ante cualquier duda, lo mejor es acudir a un médico de inmediato. Identificar los síntomas y actuar con rapidez puede marcar la diferencia entre una crisis pasajera y una emergencia médica.