Un potente terremoto de magnitud 7.7 sacudió el sureste asiático el 28 de marzo de 2025, afectando principalmente a Myanmar y Tailandia. El epicentro se ubicó cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar, a una profundidad de 10 km. El temblor provocó el colapso de múltiples edificios y estructuras, causando la muerte de al menos 144 personas y dejando más de 732 heridos en Myanmar.
En Tailandia, la capital Bangkok experimentó escenas de pánico cuando un rascacielo en construcción se derrumbó, resultando en la muerte de al menos tres personas y dejando a 81 desaparecidas. El gobernador de Bangkok declaró la ciudad como zona de desastre, y las autoridades están llevando a cabo operaciones de rescate para localizar a las personas atrapadas bajo los escombros.
El terremoto también se sintió en países vecinos como India y China, donde se reportaron evacuaciones y daños menores. El Servicio Geológico de Estados Unidos emitió una alerta roja, estimando que las víctimas fatales podrían oscilar entre 1,000 y 10,000 debido a la magnitud del desastre.
Las autoridades de Myanmar han declarado el estado de emergencia en seis regiones y han solicitado ayuda internacional para enfrentar la crisis. Equipos de rescate continúan trabajando en las áreas afectadas, mientras que la comunidad internacional monitorea de cerca la situación y organiza esfuerzos de asistencia humanitaria.