La administración del presidente Donald Trump ha instruido a dos agencias de inteligencia militar, la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial (NGA) y la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), para que utilicen tecnología satelital avanzada en la vigilancia de la frontera entre Estados Unidos y México. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia destinada a frenar la inmigración ilegal y desmantelar los cárteles de la droga.
La NGA ha formado un equipo especial para coordinar su apoyo en la misión fronteriza, mientras que la NRO colabora con el Pentágono y la comunidad de inteligencia para asegurar las fronteras de Estados Unidos. Estas acciones responden a órdenes ejecutivas del presidente Trump enfocadas en prevenir actividades ilegales en la frontera y deportar a inmigrantes indocumentados, cuyo número se estima en hasta 14 millones de personas.
Además del uso de satélites espía, se han desplegado tropas en la región fronteriza, incluyendo vehículos de infantería blindados y equipos de visión nocturna, autorizados para realizar patrullas a pie. Estas medidas subrayan el creciente proceso de militarización en la frontera sur y han generado controversia debido a posibles implicaciones legales y éticas.
Expertos han expresado preocupación por la posibilidad de que esta vigilancia incluya territorio estadounidense, enfatizando la necesidad de salvaguardas legales y de privacidad. Mientras tanto, contratistas de defensa están en conversaciones para apoyar esta iniciativa, con el objetivo de construir un "muro digital" que integre tecnologías avanzadas como inteligencia artificial y sistemas de sensores.