Cuando Los Auténticos Decadentes tocaron por primera vez en México, su público era tan reducido que una amiga tuvo que comprar los boletos para que no tocaran a sala vacía. Hoy, casi cuatro décadas después, la banda llena plazas como la Monumental de Toros y prepara un concierto masivo en el estadio Alfredo Harp Helú (noviembre) para celebrar los 30 años de su disco icónico, Mi vida loca.
En una charla con medios, los roqueros —que funcionan como una "cooperativa" donde todas las decisiones, incluidas las financieras, son colectivas— hablaron de su filosofía: "Divertirse sin obsesionarse por el éxito". "Basta con tocar para 100 personas, 50 amigos y 50 que no te conocen. Esa es la recompensa", dijeron al unísono, como suelen hacerlo.
Cuestionados por La Jornada sobre el contexto político en Argentina, donde el gobierno "ataca a la cultura", respondieron con ironía: "Es el error del poder: cuando más ignoran al arte, más surge". Recordaron que, incluso en la dictadura, florecieron artistas. "Hoy Argentina lidera en nuevas bandas, aunque los gobernantes no lo vean", añadieron.
Su secreto para perdurar —12 integrantes y sin egos— es simple: "Nadie pisa a otro en el escenario". Lo aprendieron en su debut, armado en una semana para festejar la expulsión de una directora en su escuela. Lo que empezó como un juego hoy los lleva a tocar con orquestas como la Filarmónica de Mendoza y a ser un referente de honestidad y alegría en Latinoamérica.
"Inspirar es bonito, pero lo esencial es divertirse", remarcaron. Su receta: repartir ganancias con justicia y no fallar al público. "Que la gente se distraiga un rato, sobre todo cuando las cosas están mal". Tras su concierto en Monterrey (5 de julio), cerrarán su gira mexicana en noviembre, confirmando por qué aquí los sienten "casi propios".