Durante su participación en la Feria Nacional del Libro de la UASLP, la escritora Mariana Morfín lanzó un mensaje contundente: el feminicidio no es un hecho aislado, sino el resultado de una cadena de violencias normalizadas que deben detenerse desde su origen. Su obra “Ya no quiero ser valiente” es un llamado a la empatía, pero también a la acción colectiva que cuestione y transforme las narrativas que sostienen la violencia de género.
Morfín relató cómo el caso de Fátima Quintana marcó su vida desde la adolescencia. Al principio lo leyó desde una mirada mediática fría, pero al reencontrarse con la historia años después, entendió que Fátima no era sólo una víctima: era una niña con sueños. Ese momento fue clave para decidir escribir y, sobre todo, contar desde la dignidad de las víctimas. “Quiero que a la gente le cale, que les duela, y que a partir de ahí se muevan”, afirmó.
La autora subrayó que el problema no se resuelve solo con enseñar a las niñas a cuidarse, sino reeducando a los hombres y desmontando la cultura que permite que la violencia escale. Recordó el testimonio de una enfermera que atendió a cientos de mujeres violentadas en Estados Unidos y cómo esta experiencia la ayudó a identificar los patrones que conducen al feminicidio. Para Mariana, detener el ciclo implica intervenir desde la raíz: “Un chiste machista no es solo una broma. Es el primer paso de una cadena que puede terminar en tragedia”.
Finalmente, Morfín dejó claro que no importa si el cambio empieza desde un libro, un pódcast o una publicación en redes: lo urgente es hacer visible la violencia y actuar. Reiteró que la literatura puede transformar mentalidades, pero necesita ser acompañada de un compromiso colectivo. Su obra es una sacudida emocional que invita a dejar de normalizar lo intolerable.