El Parlamento de Hungría aprobó el lunes una serie de reformas constitucionales que refuerzan la agenda del primer ministro nacionalista Viktor Orban, con énfasis en la restricción de derechos para la comunidad LGBT+ y los ciudadanos con doble nacionalidad. Con 140 votos a favor y 21 en contra, los legisladores adoptaron una enmienda que establece explícitamente que el único género reconocido por la Constitución es el masculino o femenino, una medida que ha generado controversia tanto a nivel nacional como internacional.
La propuesta de Orban, que ha sido respaldada por su gobierno desde hace varios años, también incluye una enmienda que considera "traidores a la nación" a aquellos ciudadanos húngaros con doble nacionalidad. Esta iniciativa, enmarcada en una política de fortalecimiento de la identidad nacional, ha provocado protestas en las calles de Budapest, donde varios manifestantes bloquearon el acceso al Parlamento antes de ser desalojados por la policía.
Los opositores a las reformas, como la diputada Timea Szabo, lamentaron el avance de estas iniciativas, que buscan consolidar la política conservadora y nacionalista del gobierno. Desde 2019, Hungría ha impuesto restricciones al matrimonio, limitándolo únicamente a un hombre y una mujer, y las reformas más recientes refuerzan estas restricciones bajo el pretexto de "proteger los derechos de los niños".
Además de la protección de la infancia, las reformas incluyen medidas que autorizan al gobierno a retirar temporalmente la ciudadanía de quienes tengan doble o múltiple nacionalidad, una medida que se dirige especialmente contra los "especuladores" y las organizaciones no gubernamentales financiadas desde el extranjero. La situación en Budapest ha continuado siendo tensa, con manifestaciones masivas en contra de las reformas, reflejando el creciente descontento social hacia la administración de Orban.