Los misterios medievales de El nombre de la rosa, la novela que consagró a Umberto Eco, saltan por primera vez a la ópera de la mano del Teatro alla Scala de Milán, en una adaptación que promete ser uno de los estrenos líricos más esperados del año. Con entradas agotadas para sus cinco funciones –desde el 27 de abril hasta el 10 de mayo–, la obra llega cargada de expectativas, música gregoriana y una estética que desafía la imagen oscura de la Edad Media.
El superintendente de La Scala, Fortunato Ortombina, calificó el proceso como un desafío artístico: "Es quizá el libro más exitoso de la literatura italiana en medio siglo, y llevarlo a la ópera requirió años de trabajo". El encargado de la partitura, el compositor Francesco Filidei, dedicó más de cuatro años a crear una estructura musical que combina arias, recitativos y coros monumentales, bajo la dirección del maestro Ingo Metzmacher.
En un giro innovador, el personaje de Adso de Melk, el joven pupilo del fraile detective, será interpretado por la mezzosoprano Kate Lindsey, mientras que el temido inquisidor tendrá la voz de la italiana Daniela Barcellona. El barítono Lucas Meachem dará vida a Guillermo de Baskerville, el sabio franciscano que en el cine encarnó Sean Connery.
Lejos de la imagen sombría del cine, la escenografía –a cargo de Damiano Michieletto– recrea un mundo medieval lleno de tonalidades, inspirado en manuscritos iluminados. "Los monjes no vestirán de negro, sino de azul eléctrico o naranja", explicó la diseñadora Carla Teti. El escenario se convertirá en un laberinto bibliotecario, simbolizando la búsqueda del conocimiento frente a la intolerancia.
Tras su debut en Milán, la ópera viajará a la Ópera de París en 2028, en una coproducción con el Teatro Carlo Felice de Génova. El estreno será transmitido en directo por RAI3, y cada función irá acompañada de una charla con la historiadora Liana Püschel, quien desentrañará las capas filosóficas de la novela.