Regina Martínez tenía 27 años cuando, en medio del crudo invierno de Minnesota, decidió cambiar la rutina de la residencia médica por los entrenamientos de esquí de fondo. Cinco años después, esa decisión podría llevarla a hacer historia como la primera mexicana olímpica en esta disciplina, luego de conseguir una plaza en el Campeonato Mundial de esquí nórdico tras completar una carrera de 7.5 kilómetros en estilo clásico.
Nacida en la Ciudad de México y formada en diversas ciudades de Estados Unidos, Regina se enamoró del esquí cuando acompañaba a sus amigos a competencias en Wisconsin. Aunque enfrentó prejuicios por su edad y la falta de apoyo inicial, su determinación la llevó a entrenar incluso en condiciones adversas. Durante su residencia en Miami, sin nieve disponible, practicaba skiroll en asfalto tras largas jornadas en el hospital. Su constancia la llevó hasta Noruega, donde entrena bajo la guía del esquiador Ragnar Bragvin Andresen.
Martínez ha acumulado 356 puntos y necesita reducirlos a 350 para asegurar su participación en los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina 2026. Para ello, buscará clasificar en alguna competencia prevista para agosto o septiembre, posiblemente en Argentina o Australia, aprovechando el invierno del hemisferio sur.
“Mi familia y mis amigos del hospital me fueron a ver cuando gané la cuota, ellos saben lo que me costó”, comparte Regina. Su historia, marcada por la migración, la medicina y la tenacidad, representa una nueva narrativa para el deporte mexicano en escenarios internacionales.