Grand Theft Auto VI llegará oficialmente en 2026 y, aunque aún faltan meses para su estreno, ya está dando forma a uno de los fenómenos mediáticos más importantes de la industria del entretenimiento. Con una historia ambientada en el estado ficticio de Leonida —una versión virtual de Florida— y protagonizada por Jason y Lucía, la primera mujer jugable en la saga desde sus inicios, esta entrega se perfila como un parteaguas para una nueva generación de jugadores.

Desde su primer tráiler, publicado en diciembre de 2023, hasta el segundo avance lanzado hace unos días, GTA VI ha provocado una oleada de entusiasmo global. Ambos materiales rompieron récords de vistas en YouTube en menos de 24 horas, dejando claro que la marca creada por Rockstar sigue vigente y con un poder narrativo que atrapa. Los paisajes tropicales, la sátira a la cultura de las redes sociales y una historia cargada de tensión criminal lo posicionan como uno de los títulos más ambiciosos hasta ahora.

Pero GTA VI no es solo un videojuego; es una obra que habla de su tiempo. La franquicia ha sabido retratar —y criticar— a la sociedad estadounidense desde sus inicios, y esta entrega no será la excepción. El regreso de una narrativa provocadora, un mundo abierto aún más vasto y la implementación de nuevas tecnologías, apuntan a una experiencia que va más allá del entretenimiento.

Expertos del sector prevén que el juego podría recaudar más de 2 mil millones de dólares en su primera semana, superando incluso a grandes estrenos de cine. Esa proyección no solo refleja su éxito comercial anticipado, sino también la evolución del videojuego como fenómeno cultural que influye en música, moda, política y más.

GTA VI será más que un juego: será el espejo de una época donde lo digital y lo real se cruzan cada vez con más fuerza. Y con él, millones de personas volverán a sumergirse en una historia donde las reglas se rompen, la moral se cuestiona y el caos se vuelve arte.