La Cochliomyia hominivorax, conocida como mosca del gusano barrenador, representa una amenaza creciente para la salud pública y la producción ganadera en zonas tropicales y subtropicales del país. Este insecto, originario de Sudamérica y el Caribe, es responsable de la miasis, una grave infestación causada por larvas que se alimentan de tejido vivo en heridas abiertas.
A diferencia de otras especies carroñeras, esta mosca selecciona exclusivamente tejidos vivos para depositar sus huevos, lo que agrava sus efectos. Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la mosca presenta un color verde o azul metálico brillante, ojos rojizos o anaranjados, y tres líneas oscuras en la espalda, con capacidad de vuelo de hasta 10 kilómetros.
Una vez que la hembra deposita los huevos en una herida, las larvas emergen en menos de 24 horas y comienzan a perforar hacia el interior del tejido. En animales, esto puede derivar en infecciones, pérdida de masa muscular e incluso la muerte si no se actúa de inmediato. En humanos, los riesgos son también severos y requieren atención médica urgente.
La UNAM advierte que no basta con retirar los gusanos a simple vista. Recomienda colocarlos en alcohol al 70 % y llevarlos a un veterinario o centro de salud para su identificación. Manipular la herida sin supervisión médica o automedicarse puede empeorar el cuadro clínico.
Una de las estrategias más exitosas para controlar esta plaga ha sido el uso de moscas macho esterilizadas mediante radiación, técnica desarrollada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Al liberar millones de estos ejemplares en zonas infestadas, se impide la reproducción de la especie, ya que las hembras solo se aparean una vez en su vida. Sin embargo, este método requiere una vigilancia constante, ya que algunas hembras han comenzado a identificar a los machos estériles, reduciendo su efectividad.
Las autoridades sanitarias y expertos en salud animal insisten en la importancia de la prevención, la detección temprana y el reporte inmediato de casos sospechosos. Identificar a tiempo a la mosca del gusano barrenador y sus larvas es fundamental para evitar brotes que pongan en riesgo tanto a la población humana como al sector agropecuario.