En una emotiva jornada llena de nostalgia, el Liverpool finalmente alzó el trofeo de la Premier League este domingo en Anfield, tras cerrar la temporada con un empate 1-1 frente al Crystal Palace. Aunque los Reds aseguraron matemáticamente su vigésimo título de liga el pasado 27 de abril, tuvieron que esperar hasta la última jornada para recibir oficialmente la copa.
El regreso de Jurgen Klopp, quien dejó su cargo como entrenador al final de esta temporada, fue uno de los momentos más esperados de la noche. El técnico alemán, ovacionado por la afición, aplaudió sonriente mientras los jugadores celebraban, encabezados por el capitán Virgil van Dijk, quien fue el primero en levantar el trofeo entre fuegos artificiales y lluvia de confeti.
Uno de los episodios más emotivos fue protagonizado por Trent Alexander-Arnold. El lateral, que ingresó en el medio tiempo y recibió una cálida ovación, no pudo contener las lágrimas al levantar el trofeo junto a sus compañeros. La emoción fue evidente, especialmente tras las tensiones recientes, luego de que fuera abucheado en Anfield durante un partido contra el Arsenal, en medio de rumores sobre su salida hacia el Real Madrid.
Con 84 puntos al cierre del campeonato, el Liverpool se consagró como campeón con una ventaja de diez puntos sobre el Arsenal, que finalizó en segundo lugar. Esta consagración no solo representa el dominio del equipo en la temporada, sino también el cierre de una era bajo la dirección de Klopp, quien transformó al club desde su llegada en 2015 y deja como legado una plantilla competitiva y una hinchada renovada en espíritu.
La celebración en Anfield fue más que un festejo deportivo: fue una despedida, un reencuentro y un homenaje a un ciclo dorado en la historia reciente del club.