Sofía, una niña mexicana de cuatro años que sufre del síndrome de intestino corto —una enfermedad potencialmente mortal—, podrá quedarse en Estados Unidos para recibir su tratamiento médico vital gracias a un permiso humanitario concedido por el gobierno de Donald Trump. La menor, cuya familia enfrentaba la expulsión del país, había ingresado a EE.UU. en julio de 2023 con un permiso de entrada de emergencia para ser atendida en el Hospital Infantil de Los Ángeles, uno de los pocos especializados en su enfermedad.
Sin embargo, en abril pasado el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) revocó dicho permiso y ordenó a la familia abandonar el país, dejando a Sofía en riesgo de perder su tratamiento esencial. Además, a su madre, Deysi Vargas, le fue cancelado el permiso de trabajo, dificultando aún más el pago de las cuentas médicas y el transporte entre su hogar en Bakersfield y el hospital en Los Ángeles.
La organización Public Counsel emprendió una intensa campaña para evitar la deportación, logrando reunir el apoyo de cerca de 40 legisladores demócratas encabezados por los senadores Alex Padilla y Adam Schiff. Finalmente, las autoridades migratorias concedieron el permiso humanitario, según confirmó la abogada Rebecca Brown al periódico Los Angeles Times.
El caso de Sofía visibiliza los problemas de acceso a tratamientos especializados en México y los efectos de las políticas migratorias restrictivas. “Muchas familias siguen enfrentando perjuicios por la eliminación de la libertad condicional humanitaria”, advirtió Brown, quien urgió al gobierno a garantizar la seguridad de las familias que dependen de esta protección. Los médicos del Hospital Infantil de Los Ángeles subrayaron que Sofía no podría sobrevivir sin el tratamiento que allí recibe, recalcando la importancia de este permiso para su vida.