La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) rechazó las acusaciones de violencia derivadas de los hechos ocurridos el pasado 4 de junio en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación. Según la organización, ningún funcionario fue agredido durante los momentos de tensión y calificó los señalamientos como una estrategia oficial para desacreditar su movimiento.
En un comunicado reciente, la CNTE sostuvo que su movilización es producto del abandono institucional que enfrentan los trabajadores de la educación, particularmente en temas como las pensiones, las condiciones laborales y la aplicación del modelo USICAMM. Afirmaron que las verdaderas agresiones provienen del propio Estado, al mantener políticas que consideran lesivas para sus derechos laborales.
Desde hace más de tres semanas, los docentes mantienen un plantón en el Zócalo capitalino, exigiendo la derogación de la reforma al ISSSTE de 2007 y el regreso a un sistema de pensiones solidarias. A pesar de las propuestas gubernamentales, como aumentos salariales y beneficios adicionales, el magisterio ha señalado que no son respuestas de fondo y que el problema estructural sigue sin resolverse.
El diálogo entre la CNTE y el gobierno federal se mantiene sin avances, mientras las protestas continúan en varias entidades del país. La Coordinadora exige que las negociaciones sean serias y con voluntad política real, además de un alto a la criminalización de su lucha. Aseguran que su movilización es pacífica y responde a una necesidad urgente de justicia social y laboral.