Un análisis reciente de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló que diversos productos comercializados como jamones y embutidos no cumplen con lo que aseguran sus etiquetas, lo que podría confundir a los consumidores. El estudio, publicado en la edición de julio de la Revista del Consumidor, evaluó 40 productos y encontró irregularidades como contenido neto inferior al declarado, exceso de nitritos y datos erróneos sobre grasa, sodio o proteína.
Entre los productos señalados destacan marcas como Bafar, Fud, El Mexicano, Galicia, Duby y Aurrerá, cuyos errores abarcan desde un mayor nivel de sodio o grasa, hasta menos proteína de la prometida. En casos más delicados, algunos productos ni siquiera podrían considerarse jamón bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-158-SCFI-2003, que establece los criterios de calidad para este tipo de alimentos.
Un punto relevante del estudio fue la identificación de productos etiquetados como “embutido cárnico” o “producto cárnico cocido” que, si bien utilizan empaques similares a los de un jamón, no están regulados por las normas oficiales. Esta situación puede llevar a los consumidores a pensar que están comprando jamón auténtico, cuando en realidad están adquiriendo mezclas con alto contenido de fécula, soya o pastas cárnicas de baja calidad nutricional.
Profeco recomienda leer cuidadosamente las etiquetas, revisar el contenido nutricional y no dejarse llevar por el diseño del empaque o su colocación en tiendas. Aunque los productos cumplen con normas sanitarias, el etiquetado engañoso sigue siendo un problema que afecta el derecho de los consumidores a una elección informada.