Mientras el vecino observa atónito la escena que se encuentra frente a sus ojos, la mujer comienza a echar alguna clase de polvo, luego pone tierra de la planta en un vaso con agua y moja la tanga roja mientras la sumerge en un tazón.

Acto seguido ella parece inclinarse e impregnarse o bañarse de esta esencia, una vez que termina, parece exprimirla para remojarla nuevamente en aquella preparación. 

Mientras el hombre sigue filmando, ella parece presentir que alguien la observa y voltea rápidamente; acto seguido se agacha y, segundos después vuelve a asomarse asegurando que no lo ha visto.

Cuando deja remojando el calzón, parece sacar de la planta un muñeco de tela a quien lo alza y lo baja hasta su pecho para inclinarse sobre él mientras reza al parecer o pide algo; luego lo moja con el brebaje que ya preparó para el supuesto amarre.

No obstante, un ruido alertó a la mujer en medio de su ritual y al parecer, en esta ocasión sí se percató que era espiada a lo que de inmediato quien la estaba grabando se bajó de la silla en donde se encontraba afirmando que se iba a esconder. Hasta el momento no se sabe cuándo se grabó el video o de qué país es originario.