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Desigualdad

La desigualdad es un fenómeno universal de las sociedades humanas. La historia de la humanidad puede verse como una historia de crecientes desigualdades, es un aspecto perdurable en nuestras sociedades.

Desde una perspectiva sociológica, las desigualdades sociales son las divisiones que sitúan a la gente en diferentes posiciones que facilitan o dificultan el acceso a bienes y servicios, es decir, es la distribución desigual de recursos, que a su vez determinan las oportunidades vitales de la gente. El disponer de cantidades disímiles de bienes y servicios es la condición que define la desigualdad social.

Sin duda, parte de las desigualdades sociales derivan de nuestras diferencias como individuos, siguiendo a Amartya Sen, podemos decir que la fuente última de la desigualdad social es la diversidad humana. No obstante, no toda la diversidad humana se convierte en desigualdad social. Siendo esta un fenómeno intrínsecamente social podemos reconocer diferentes tipos relevantes en las sociedades modernas, como son: la desigualdad de clase, que hace referencia a la división del trabajo y que termina por convertirse en el indicador más importante de retribución material, autoridad y reconocimiento social; la desigualdad económica, que alude a las cantidades diferentes de riqueza y renta que reciben y están a disposición de las personas. A su vez, esta relacionada con la capacidad de conseguir otros recursos que asociamos con otras desigualdades, como la influencia, la educación y el poder; la desigualdad de género, donde las características del sexo, sin estar vinculadas a las diferencias biológicas, hacen que sean dispares la distribución de recursos y recompensas sociales entre ambos géneros.

Cuando no se reconoce a un grupo un derecho o una forma de trato del que disfruta otro grupo, hablamos de discriminación, esta, junto con el prejuicio, son fenómenos sociales que sufren grupos éticos, que a su vez son segregados y privados de oportunidades en el mercado laboral, ocasionándoles condiciones de desigualdad. También existen desigualdades generacionales, experimentar un acontecimiento histórico a diferentes edades puede marcar el desarrollo de una persona, vivir en tiempos de guerra marca la vida de un joven de manera distinta a la de un adulto. En cuanto a las desigualdades educativas, es claro que no se garantiza el acceso igualitario a la educación y no hay oportunidades en el mercado de trabajo según las cualificaciones obtenidas, con remuneraciones justas.

En la actualidad, las principales formas de actuación sobre las desigualdades son las políticas que implementa el Estado, algunas de ellas redistributivas.

Aun así, no solo se debe de trabajar en la reducción de las desigualdades, también hay que dirigirse hacia la reducción de los factores que las provocan.

Es muy importante asegurar que todos los individuos tengan igualdad de oportunidades al comienzo de sus vidas, no importando el origen étnico, la clase social o el sexo.