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SOMOS TODAS

Se ha llenado tanto de información, posturas, reclamos, señalamientos, insultos, todo lo relacionado con el día de la mujer y el doloroso contexto que conlleva en México, que a veces una ya no sabe que tanto puede llorar y que tanto enojarse.

Me ha quedado claro que el gobierno federal optó por ser el villano del cuento con tal de no darle el “gusto” a los cochinos “conservadores” y modificar su postura y discurso. Están convencidos de que la lucha femenina es un golpeteo político artificial, y que sus adversarios lo están manipulando. Allá él, y que con su bolillo se lo coma. Pero… ¿qué hay con los gobiernos locales? ¿Realmente es sólo un lio del gobierno federal?, obvio no, y es cosa de ver como escurren el bulto para no dar la cara e implementar acciones que protejan a las mujeres y niñas de una forma más eficaz y contundente. Recursos hay, me queda claro cuando veo los operativos antimotines y contra los narcos, lo que brilla por su ausencia son las ganas y las intenciones. No nos hagamos los locos, los gobernadores han escondido la cabeza para que las pedradas se dirijan a Palacio Nacional y no a sus oficinas, y más cuando el señor que vive ahí tiene un grave problema de diarrea verbal y por más que uno quiere que ya no le aviente leña al fuego, se lanza de cabeza y ahí vamos de nuevo con lo de “están manipuladas”, “somos feministas”, “hay linchamiento contra Salgado Macedonio”, etc., etc., etc. Con ese favor, es lógico que hasta los ex funcionarios y ex presidentes se sientan con los tamaños para “alzar la voz” en favor de las mujeres, como si las muertas de Juárez, las víctimas de Atenco, Maricela Escobedo y tantas más hubieran aparecido ahorita en dos años. Son hipócritas y sin vergüenzas.

A las mujeres no nos queda más que lo mismo de siempre: alzar la voz, pero seguir en chinga, porque nadie nos va a regalar nada nunca, eso ha quedado claro desde hace siglos. Por más que nos acosen, nos insulten, nos agredan, nos violen, todas agarramos nuestras heridas y seguimos caminando, rotas por dentro, pero buscando escapar del abismo de la ignominia de la sociedad y el desprecio de los gobiernos. Somos motor, somos combustible y somos vía de nosotras mismas. Eso nunca lo duden señores ofendidos y espantados porque le rayan las paredes donde se orinan.

Yo termino dando mi reconocimiento a otras mujeres que pasan por esto y más: las policías que han agarrado para contener las marchas feministas. No sé ustedes, pero a mí me encabrona que los gobiernos las expongan así, cuando son ellos, los gobernantes, a los que les faltan los de la gallina para enfrentar el problema y darles solución, los que dejan que una mujer golpee a otra mujer. Sí, es indignante ver como un grupo busca prenderle fuego a otro grupo, donde en ambos bandos son mujeres, pero… ¿quién puso a ambas en las calles? Esa es la cochina realidad de las cosas. Tal cual.

Un aplauso para todas las que salieron a marchar, para las que siempre están poniendo el cuerpo por delante para demostrar que no nos callamos y que somos todas, no sólo algunas, todas las que buscamos el respeto a nuestra integridad y nuestra vida. Aplauso incluso para las que en el pasado rechazaban toda manifestación popular, pero ahora si toman las banderas y se lanzan con la raza para pedir justicia y seguridad. Nunca es tarde para rectificar, ni para sentir en carne viva lo que es la represión del gobierno. Nos vemos la siguiente, que no caiga el ánimo de seguir luchando amigas.

Por ti, por mí, por las que no pueden, por las que ya no pueden gritar. #UnVioladorNoSeraGobernador #NiUnaMás #NiUnaMenos

Licenciada en Ciencias Ocultas

Doctora Honoris causa del Instituto Tecnocrático “Mártires del Neoliberalismo”.

remedios.morales.lap@outlook