La Casa de la Caridad Hogar del Migrante se encuentra colapsada y necesita la intervención del Gobierno del Estado para atender a al menos 400 migrantes originarios de Haití, que permanecen en la estancia a espera de obtener su residencia en la ciudad.
Marco Antonio Luna Aguilar, director de Cáritas señaló que en estos momentos la casa de resguardo se encuentra hacinada y hay un número indeterminado que se encuentra disperso en las calles, fuera del inmueble.
“Tenemos un fenómeno que no se había presentado, es algo inédito es la primera vez que tenemos tal número de migrantes haitianos, desde este domingo 19 empezamos a recibir personas de esta nacionalidad”.
Desde hace algunos meses se han reportado caravanas migrantes que atraviesan por la frontera sur del país hacia Estados Unidos, esto luego de malinterpretar el mensaje que dio el gobierno de ese país sobre la posible regularización de personas de dicha nacionalidad; posibilidad a la que únicamente accederían quienes tenían ya, una condición migratoria establecida en dicho país.
Luna Aguilar explicó que se requiere que el gobierno asuma su responsabilidad de proporcionar ayuda humanitaria, tan solo este martes sirvieron 600 comidas y el lunes 540. Hay 130 personas dentro de la casa, otras 80 en la cancha y otras tantas en toldos en el exterior, al menos 60 personas han manifestado su interés de establecerse en el territorio.
“De hecho en la parte de afuera de la casa, hay mucho más migrantes, nosotros tenemos 200 adentro ya, pero afuera están llegando más y más, anoche estaban llegando en taxis, por su cuenta”.
Señaló que el tema se está convirtiendo en una emergencia humanitaria que requiere la intervención inmediata de las autoridades.
“Estamos luchando haciendo el mayor de los esfuerzos por atender sus necesidades, sin embargo, la casa de por sí ya estaba trabajando en situación de dificultad por la pandemia y esto nos pone en el límite de nuestras fuerzas, estamos rebasados y creemos que es una situación de emergencia”.
Explicó que hay habitantes de Haití que hablan inglés, portugués y algunos vienen con lenguas nativas y es muy difícil comunicarse con ellos, por lo que requieren de traductores, de igual forma hace falta desechables, papel higiénico, artículos de limpieza, higiene personal y comida no perecedera, para lo cual se estarán recibiendo donativos en instalaciones de Caritas y el Arzobispado en el Centro Histórico de la capital.
