Pueblo arma fiesta por el regreso de Beethoven, un perrito que es muy querido por todos y que estaba secuestrado.

El lomito originario del pueblo de Santa Bárbara, en Antioquia, Colombia llevaba ocho días perdido en otra comunidad, por lo que al ser encontrado fue recibido por el pueblo con una gran celebración como si se tratara de toda una celebridad.

"Todo el mundo lo quiere, desde el alcalde hasta el cura", expresó Jaime León López, director de la fundación protectora de animales Amores Callejeros.

La historia del perrito secuestrado

Beethoven se fue del pueblo siguiendo a una pareja de migrantes, y aunque solo fue por unas cuadras, cuando alguien del pueblo se los encontró les preguntó a dónde lo llevaban, y respondieron que a bañarlo y a la peluquería, luego de eso no se supo nada del perro, solo que la pareja estaría pidiendo dinero para devolverlo.

Ante los hechos, León López tomó cartas en el asunto, difundiendo la desaparición de Beethoven en redes sociales, repartió volantes y pegó postes para dar con su paradero. Desde otros municipios notificaron que lo vieron, pero que no quería comer y siguió el camino. Gracias a las denuncias y persistencia de los habitantes de Antioquia un camionero aviso que vio al perrito en otro vehículo rumbo al Valle del Cauca.

 

El rescate del perrito secuestrado

El director de la fundación protectora de animales Amores Callejeros viajó hasta La Pintada, Antioquia, luego a Supía y terminó en la ciudad de Manizales, preguntando por Beethoven en el comando de la policía. Justo en ese lugar, un patrullero le notificó que había visto al perro en una tractomula en compañía de los migrantes.

Por lo anterior, la policía de Manizales lanzó la alerta a la altura del municipio de Tuluá, donde el conductor de otra tractomula notificó a la policía que los había visto transitando por el municipio, donde lograron identificar a Beethoven.

La mascota del pueblo

Al parecer, a Beethoven lo lanzaron desde un carro cuando era cachorro, hace ocho años, desde entonces se la pasaba en las calles del pueblo de Santa Bárbara jugando con los niños. Aunque no tiene un hogar fijo, suele dormir en las bancas del parque principal, convirtiéndose en la mascota del pueblo.

Un habitante del pueblo quiso adoptarlo y lo llevó a su finca, pero el perro se deprimió y volvió a ser el mismo cuando lo llevaron de nuevo al parque, pues a él lo que le gusta es jugar con los niños y convivir con la gente que tanto lo quiere y cuida.

Ciudadanos de Medellín y otras partes han ofrecido regalarle un chip de ubicación, collares y atención veterinaria.

 

El secuestro de Beethoven causó gran revuelo entre los habitantes del pueblo, por lo que a su regreso le armaron una gran fiesta, pues no se trata de cualquier perro, sino de la mascota del pueblo.

 

Por La Silla Rota