El pasado 8 de marzo, miles de personas se dieron cita en el centro de la Ciudad de México para realizar una manifestación en marco del Día Internacional de la Mujer y para exigir al gobierno que efectúen acciones para frenar la violencia contra las mujeres en el país, entre ellos, estaba el padre de Esmeralda Castillo a quien varias manifestantes acompañaron en este trayecto para exigir justicia por la desaparición de su hija desde 2009.
José Luis Castillo se dio cita en el Ángel de la Independencia para ir hacia el Zócalo capitalino donde todos los grupos de mujeres se reunieron. Vestido con un cartel que le cubría todo su cuerpo, en el que se podía ver el rostro de Esmeralda y también leer la frase “no me olviden, falto yo“, el padre de la joven marchó con el corazón aún destrozado, con angustia, y esperanza de en algún momento volver a abrazar a su hija a quien no volvió a ver más hace 12 años en Ciudad Juárez, Chihuahua.
“Soy el padre de Esmeralda Castillo Rincón, desapareció el 19 de mayo del año 2009. Mi nombre… mi nombre vale madre, a mí me interesa que salga la foto de mi niña y estar con ustedes y agradecerles por levantar la voz por mi hija y por todas esas personas asesinadas y desaparecidas en mi país”, expresó durante la marcha.
En videos que circulan en redes sociales, se puede ver al padre de Esmeralda Castillo, gritando, brincando y exigiendo junto al resto de jóvenes que el gobierno trabaje para evitar la violencia hacia las mujeres y, en su caso, le apoyen a encontrar a su hija. “No estás solo, no estás solo”, son algunos de los gritos que se pueden escuchar de las manifestantes quienes marcharon con el señor José Luis.
El caso de Esmeralda Castillo sigue sin resolverse, de acuerdo con el padre de la joven desaparecida cuando tenía 14 años, el propio gobierno de Chihuahua en 2015 quiso dar “carpetazo” a la investigación, cuando el gobierno de César Duarte aseguró que identificaron los restos óseos de Esmeralda.
Sin embargo, la familia rechazó estas conclusiones y desde entonces continuaron con sus propias investigaciones, aunado a los reclamos que hacen a las autoridades.
La marcha del 8 de marzo dejó ver diversas historias de abusos, desapariciones y feminicidios que sufren las mujeres de México. El caso del padre de Esmeralda Castillo es solo uno de ellos; y así como él, ninguna está sola en este camino hacia la verdad y la justicia.
Por Plumas Atómicas
