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Inseguridad, la otra "maldita herencia"

Se atribuye al escritor español Francisco de Quevedo el refrán “No vive el que no vive seguro”. Gran verdad encierran esas pocas palabras del autor de _El Buscón_.

Quien padece la incertidumbre de ser agraviado en su persona, familia o patrimonio difícilmente podrá considerar vida la rutina del temor.

Desde años atrás, en toda encuesta seria, la inseguridad aparece, junto con la economía, la corrupción y, recientemente, la salud, entre las principales preocupaciones ciudadanas.

Y es comprensible, pues durante ya décadas se consintió la actividad de los grupos del crimen organizado. Homicidios, secuestros, extorsiones, tráfico de armas y drogas y narcomenudeo crecieron exponencialmente en varios estados del país, ante la incapacidad y/o complicidad de las autoridades.

Algunos de esos estudios han reportado que elevados porcentajes de consultados incluso no se sienten seguros de caminar por la calle durante las horas del día.

Sin olvidar por supuesto al grueso de la población que tiene que hacer uso del trasporte público, donde los asaltos son el pan de todos los días, tardes y noches.

Ante esta lamentable situación, es de ponderar el compromiso del actual gobernador del estado, Ricardo Gallardo Cardona, para enfrentar este mal que lastima y enferma a la sociedad potosina.

Señales hay de ese compromiso: destinar más afanes y recursos para regresar la seguridad a sus gobernados. Entre estos, se cuenta su iniciativa, ya aprobada por unanimidad en el Congreso local, para crear la Guardia Civil y con ello contar con mejores cuerpos policiacos, capacitados y bien equipados, para enfrentar las diferentes facetas de la delincuencia y criminalidad.

Recientemente, puso en marcha el programa “Semana Santa Seguro”. A bordo de una patrulla recorrió varios puntos conflictivos de la ciudad y su zona conurbada y supervisó los operativos que buscan garantizar la seguridad de la población en la temporada vacacional.

Más allá de esta acción, que se ha considerado un hecho inédito en el estado, refrendó que su gobierno no será omiso ni cómplice, que no habrá impunidad.

 “Tantos años de desidia nos han dejado una maldita herencia que debemos revertir entre todos, porque los potosinos queremos vivir con tranquilidad. Se están sentando las bases para que todas las personas, especialmente nuestros niños y niñas, salgan a las calles sin miedo y que los padres y las madres tengan la certeza de que regresarán a sus casas sanos y salvos”, señaló.

Hablando del tema de la seguridad, más que en ningún otro, no cabe la mezquindad. Se pueden tener diferencias con quien gobierna, pero no se vale apostar al fracaso, porque esto resultaría en perjuicio de todos los potosinos. Es un problema que se debe arrostrar de manera conjunta, articulada, con extrema cohesión. Los delincuentes y criminales deben saber que no habrá espacios en los que se puedan incubar.