titulo_columna

Amor con amor se paga

Entre las decenas de frases que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mencionado recurrentemente durante sus ya cientos de conferencias de prensa para desmañanados, se cuenta y se canta la de “amor con amor se paga”.

De los autores Manuel Esperón y Ernesto Cortázar, la interpretación de Pedro Vargas y Jorge Negrete hizo muy popular el título de la canción y la estrofa hace ya varias décadas. De un amor traicionado trata.

El presidente suele mencionarla en la mañanera para aludir a la relación de lealtad y agradecimiento mutuos con aquellos que lo han acompañado a lo largo de su carrera política y de aquellos que se han ido sumando a su proyecto transformador.

“Amor con amor se paga”, dice el presidente y le sirve para refrendar sus compromisos con los grupos más vulnerables, quienes durante décadas le han refrendado también su confianza en las diversas empresas político-electorales que ha emprendido y que finalmente lo llevaron a la presidencia, luego de encarar la rabia, campañas de odio y fraudes de las fuerzas políticas más conservadoras, rapaces y en nada interesadas en el bien colectivo y de la nación.

El presidente, por cierto, anunció que pasando Semana Santa realizará una nueva gira de trabajo a San Luis Potosí.

La visita del mandatario tendrá como objetivo supervisar obra carretera en el estado. Pero más allá de ese fin, de por sí importante, servirá para estrechar aún más la relación cercana que mantiene con los potosinos y, en particular, con el gobernador Ricardo Gallardo Cardona.

Para nadie es un secreto el buen momento que vive la relación entre López Obrador y Ricardo Gallardo. Relación basada en el respeto mutuo. Para ambos, ésta es un activo que suma a los proyectos de transformación emprendidos por aquellos en los ámbitos nacional y estatal.

Comparten principios y agenda: la lucha contra la delincuencia, ampliación de programas sociales e inversión de la federación en obras de infraestructura para territorio potosino, entre los más importantes pero no los únicos.

Para ojos de muchos, y envidia de unos cuantos, San Luis Potosí se ha convertido en uno de los estados consentidos del presidente: ha realizado varias giras de trabajo, estableciendo y cumpliendo compromisos claros para el bien de la ciudadanía, y los potosinos le han mostrado su apoyo tanto en el 2018 cuando se convirtió en Presidente de la República, así como en la consulta sobre revocación de mandato, en la que votaron más de 360 mil potosinos para que siga en la presidencia hasta 2024.

“Amor con amor se paga”, dice la canción. Y por lo que se ve, el presidente no canta mal las rancheras.