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Mineras, saqueo irresponsable

Se atribuye a Gandhi, el grande, no a la librería que exitosamente saca provecho del afamado nombre, una de las más contundentes frases contra los depredadores: “La tierra provee lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la avaricia de cada hombre”.

En la sociedad actualmente, con el tema del cambio climático en mente, donde se cuestiona el efecto pernicioso de la actividad humana sobre la naturaleza, se exacerban dos posturas: Por un lado, la de aquellos que ante este fenómeno claman por frenar toda empresa porque argumentan se aceleraran los efectos negativos que pondrían en riesgo la subsistencia de la especie misma; y la de aquellos que minimizan e incluso niegan que exista tal fenómeno, y de manera irresponsable permiten y se permiten la actividad depredadora con el único fin de obtener en el menor plazo de tiempo el mayor provecho económico, sin considerar el daño que se hace al entorno y a la sociedad en su conjunto.

En el fondo de esta discusión centralmente está el cómo debe considerarse a la naturaleza: si como un medio para otros fines, con la intervención sobre ella para obtener de ésta los satisfactores de las necesidades humanas, lograr el desarrollo o, simple y mundanamente, la acumulación sin freno ni medida de riquezas, con el extremo que esto implica. O si debe ser valorada como un fin en sí mismo, respetándola y olvidando e impiendo toda actividad que la dañe o pueda dañarla.

Por supuesto, que voces dirán que la respuesta habrá que encontrarla en el aristotélico Justo Medio, en la mediocridad clásica, entendida ésta como medida y mesura. Por mí parte, sólo puedo decir que solo sé que no sé nada.

En el terreno de los hechos, de los datos duros, de las fake news y de las noticias ciertas, nos enteramos que el pasado jueves la minera San Xavier fue clausurada por autoridades estatales.

Ubicada en el municipio de Cerro de San Pedro, la minera CANADIENSE a cielo abierto operaba en el estado desde los años 90 al parecer en zona considerada Área Natural Protegida. En 1999, apunta información publicada, le fue concedido un permiso para operar, mismo que le fue revocado en 2004. Pero en 2007 inició formalmente la explotación del área, con la autorización de la Semarnat. En sus mejores años, relatan las notas, hizo el uso cotidiano de cerca de 25 toneladas de explosivos y la remoción de 80 mil toneladas de tierra.

Las razones para su clausura: la minera rechazó tareas de supervisión por parte de autoridades estatales y municipales para verificar que contara con la documentación en regla respecto a medidas de seguridad y de cuidado al medioambiente. Y se procedió a la clausura porque no presentaron su Programa Interno de Protección Civil con el visto bueno de la dependencia, además de falta de dictamen estructural y de dictamen eléctrico; no se presentó ninguna medida de seguridad,

ni los permisos de la Sedena para uso de explosivos, amén de otros permisos y necesarios avales.

Poquita cosa, verdad… Juzgue, usted, estimado lector, en qué lado de la argumentación se encontraría esta minera.