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Salvadora Nava, un legado sin heredero

Abundantes son las historias sobre fortuna creada por los padres, fruto del esfuerzo, y que es dilapida por herederos agobiados por los vicios y ayunos de disciplina, principios y recto sentido.

Sobre el tema se han acuñado fábulas, refranes y cuentos. Por cuestión de espacio, cito como ejemplo, un par de refranes: “Hacienda que otro ganó, poco duró” y “Lo que el padre ahorra, el hijo lo malogra”.

Todos, sin embargo, tienen como denominador común destacar que sin importar la magnitud de los bienes heredados, quien los recibe, por lo general sin haber colaborado en el acopio de los mismos, los malgasta fácil y rápidamente. Los tira a la basura.  

Aplica para los bienes materiales, dinero y propiedades, como para los intangibles, como valores, fama, buen nombre y prestigio.

Y esto vale para la Antigua Grecia, China y San Luis Potosí, querido y único lector.

Viene a cuento porque el pasado miércoles a instancias de su viuda, Doña Conchita Calvillo, se conmemoró el 30 aniversario luctuoso del doctor Salvador Nava Martínez, quien para muchos en el estado y a nivel nacional fue ejemplo de congruencia y de lucha por la democracia en la entidad y el país. Y lo fue en tiempos difíciles, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ejercicía con mano dura su dominio político en la república.

Al evento en memoria del Doctor Nava, acudieron familiares, amigos y “simpatizantes navistas”, entre estos estuvo presente el exgobernador de Chihuahua Javier Corral Jurado –quien, como era de esperarse y por decir lo menos, tuvo un mandato lamentable, y no lo digo yo, lo dicen su sucesora en el cargo, la tambien panista Maru Campos, y un amplio sector de quienes fueron sus gobernados.

Por supuesto, también acudió el “presidente” del Frente Cívico Potosino y expresidente municipal de San Luis Potosí capital, el infame Xavier Nava Palacios, nieto del Doctor Nava y saltimbanqui de la política local.

Triste papel de quien se presentaba como heredero del legado democrático del Doctor Nava y quien, por el contrario, en poco tiempo dio muestras de su ambición desmedida y de estar dispuesto a hacer lo que fuera por escalar en la política, no para beneficio de los potosinos, sino de sus intereses personales y rapaces.

Quedan de él y de sus secuaces, varios de ellos también presentes en el evento conmemorativo, el desprestigo y un nombre ligado a la corrupción y al abuso de gobierno. Que no se olvide: fue inhabilitado por 18 años por violar un amparo y es acusado de diversos actos de corrupción, desvío de recursos y uso de los programas sociales con fines electorales.

Nada más alejado del recto actuar del doctor Salvador Nava Martínez, de quien hoy, querido y único lector, bien se podría decir que su legado anda en busca de un legítimo heredero.