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¿Se termina la era dorada del streaming?

Hace varios años en un podcast con Carolina Candanosa platicamos sobre como Netflix y el servicio de streaming (que comenzaba a tener un boom en producciones originales) habría detonado una nueva “era de doro” en relación a la variedad, calidad y creatividad en la creación de series de televisión que, irónicamente, no se transmitían en señales convencionales de televisión.

Lo cierto es que ya en el 2016 sabíamos que la originalidad y crecimiento explosivo que tenía Netflix en mercados internacionales era solo un pre ambulo a lo que ocurriría cuando más de una docena de empresas entraran a la competencia con sus propias producciones, todos quería una rebanada de pastel, al fin y al cabo.

 En los siguientes años (para ser más precisos entre 2017 y 2020) vimos la llegada de servicios prácticamente por cada cadena de televisión, productora de cine, animación y hasta deportes; Cada una con una oferta distinta y diversa que fragmentaba el mercado a unos niveles extremos.

 Es difícil no ver este tipo de saturación en cualquier tipo de mercado que demuestra ser lucrativo y relativamente nuevo, ocurrió en su momento con la música, la radio y la televisión. En algunas cosas, esta sobreoferta de productos también genera interesantes resultados como un incremento en la generación de ideas y contenidos que, bajo otros esquemas, quizá no hubieran recibido una oportunidad.

 Triste resulta entonces cuando la saturación trae consigo el inevitable colapso de un modelo que invariablemente resulta ser insostenible, porque donde originalmente los usuarios pagaban 10 dólares al mes por un solo servicio ahora deben pagar tres o cinco veces la misma cantidad tan solo para tener acceso a la misma cantidad de televisión por la que originalmente pagaban.

 Además, le sumamos la agresiva entrada de CEOs enfocados al cien por ciento en ventas como David Zaslav a Warner Discovery y vemos como la creatividad y la oferta de contenidos pasan a segundo plano, privilegiando la generación de ganancias a cualquier costo. Mismo caso está ocurriendo con Netlfix que, ante sus billonarias deudas no tienen otra opción que recurrir a la cancelación casi instantánea de cualquier serie que no demuestra tener el éxito que en su momento ha tenido Stranger Things, alineando a su público y generando deserciones masivas de sus servicios.

 

Para la mayoría de las empresas el fin de la era dorada está a la vuelta de la esquina y la única interrogante que queda para responder es ¿Quién podrá generar la suficiente cantidad de hits en la audiencia para garantizar que sean de las pocas empresas que sobrevivan al fin de un boom económico de la magnitud que está siendo la guerra de streamings?