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El Mirador
Redacción

Arrecian los vientos de recesión en EU

 

*En un fenómeno pocas veces visto, las tasas de largo plazo son más bajas que aquellas de corto plazo

Antonio Sandoval

Las expectativas de recesión no han terminado, de hecho se han profundizado. Lo que sucede es que el mundo se encuentra tan lleno de problemas que varios quedan rezagados en el escenario mediático.

Uno de los temas destacados es el de la posibilidad de una recesión, sobre todo en la mayor economía del planeta, la de Estados Unidos.

Si bien todavía no existe mucha certeza al respecto, el llamado “factor de descuento” de los mercados manda señales sobre lo que puede suceder en los próximos meses; si seguimos de cerca dichas señales, cada vez hay más evidencias de que la recesión se acerca, que cada día se incrementan más las posibilidades de que suceda.

Una de dichas señales se puede observar en el mercado de bonos; quienes siguen este indicador temen lo peor.

Sucede que la rentabilidad del bono estadounidense a dos años consolida cada vez más los temores de una recesión. El rendimiento de este instrumento de inversión es actualmente 80 puntos superior al del título a diez años, el llamado T-Note. 

Aunque dicha diferencia se ha moderado en los días previos, debido a que la brecha era de 86 puntos básicos, la mayor desde hace 40 años, se mantiene con señales de que el mundo se encamina a una crisis de deuda.

Para los analistas, una de las principales incertidumbres consiste en la capacidad de aguante de la economía estadounidense, con la duda de que esta pueda resistir más subidas de tasas.

Los mercados se preparan para escenarios más complicados; de hecho, una parte de los operadores del mercado de opciones sobre tasas ve el techo de los bonos en niveles de 6por ciento.

La posibilidad de recesión ha llevado el nivel del bono a dos años a niveles de 4.46 por ciento y el rendimiento del papel a diez años a 3.6 por ciento.

Es decir, en un fenómeno poco usual, el bono de largo plazo del mercado de deuda en Estados Unidos registra un rendimiento inferior al de corto plazo.

Algo como lo anterior solamente tiene precedente en la década de los años 80 del siglo pasado, cuando la inversión de la curva del Tesoro estadounidense alcanzó el mismo nivel que el actual. Entonces, el mundo se encaminaba a una crisis de deuda. A ella se llegó tras el shock petrolero de la década anterior.

En aquella época los países importadores de petróleo se habían endeudado para hacer frente a los elevados precios del combustible con préstamos de bancos comerciales occidentales. Entonces, las entidades financieras tenían depósitos de los exportadores y dejaban sus recursos a los importadores y a países en desarrollo, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El crédito concedido se sumó a una inflación que dio paso a su consecuente ciclo de restricción monetaria, llevando los costos de financiación a niveles muy elevados. 

De este modo, los tipos de interés llegaron a un pico del 21.5por ciento en diciembre de 1980 y, durante los cuatro años posteriores, oscilaron entre el 10 y el 13 por ciento. 

Por su parte, los importadores tenían préstamos con tipos variables y no fueron capaces de pagar su deuda.

Por cierto, México fue el primer país incapaz de hacer frente a sus obligaciones, marcando el principio de una crisisprofunda.

La recesión parece tomar forma, algunos analistas e incluso los bancos centrales siguen reacios a reconocer la elevada posibilidad de dicho fenómeno; sin embargo, están un tanto descalificados, especialmente las instituciones monetarias, toda vez que los problemas que padece la economía global en estos momentos están ligados en gran medida a su necedad de no querer reconocer el impulso de la inflación en sus primeros indicios.

La recesión tiene cada vez más forma, al menos así lo indica el desempeño de un indicador esencial para los capitales, el de los bonos del tesoro de la mayor economía del planeta.