El Gobierno de Italia aprobó un proyecto de ley que prohíbe el uso y consumo de alimentos animales producidos en laboratorio, ya que tiene como objetivo salvaguardar el patrimonio agroalimentario del país.
El proyecto de ley estipula que las fábricas en las que se produzcan infracciones pueden cerrarse y los productores pueden perder su derecho a obtener financiación pública durante un máximo de tres años.
Si el parlamento aprueba la propuesta, la industria italiana no podrá producir alimentos "a partir de cultivos celulares o tejidos derivados de animales vertebrados", dice el proyecto de ley visto y el incumplimiento de las normas podría dar lugar a multas de hasta 60 mil euros (65 mil 22 dólares / más de 1.18 millones de pesos mexicanos).
Todo esto fue dado a conocer a través de un informe emitido por el ministro de Agricultura en una conferencia de prensa después de una reunión del gabinete, este martes.
Posteriormente, el ministro Francesco Lollobrigida, miembro destacado del partido derechista Hermanos de Italia de la primera ministra Giorgia Meloni, declaró que “los productos de laboratorio, en nuestra opinión, no garantizan la calidad, el bienestar y la protección de nuestra cultura, nuestra tradición".
Sobre esto, el grupo de presión agrícola Coldiretti elogió la medida contra los "alimentos sintéticos" y dijo que se necesita una prohibición para salvaguardar la producción doméstica "de los ataques de las empresas multinacionales".
La iniciativa enfureció a las organizaciones que apoyan el desarrollo de productos agrícolas "basados en células" en toda Europa, así como a los grupos defensores de los derechos de los animales.
También se ha comentado que la aprobación de una ley de este tipo cerraría el potencial económico de este campo naciente en Italia, frenando el progreso científico y los esfuerzos de mitigación climática", dijo Alice Ravenscroft, directora de política del Good Food Institute Europe.
Y finalmente, desde otro punto de vista, la red de empresas de alimentos Cellular Agriculture Europe ha declarado que Italia estaba limitando las opciones para los consumidores preocupados por el bienestar animal y el impacto ambiental de sus elecciones de alimentos.
La prohibición de la carne a base de células no es la única iniciativa de Meloni para impedir que se sirva comida no convencional en las mesas italianas. La semana pasada, dijo que el Gobierno estaba preparando una avalancha de decretos para introducir etiquetas informativas en productos que contuvieran o fueran derivados de insectos, en medio de un debate sobre el uso de la harina de grillo.