El Gobierno del Reino Unido ha confirmado este jueves su decisión de enviar misiles de crucero Storm Shadow a Ucrania, con el objetivo de reforzar las defensas ucranianas frente a lo que han calificado como "brutalidad rusa". Estos misiles, lanzados desde aviones, tienen un alcance que triplica el de los Himars de Estados Unidos, pudiendo alcanzar objetivos a más de 250 kilómetros de distancia. Esta decisión llega tras las solicitudes del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y las autoridades ucranianas, que han pedido a sus aliados occidentales equipos más potentes para contener el avance de las fuerzas rusas.

El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, ha expresado su confianza en que estos misiles permitan a Kiev recuperar el "territorio soberano ucraniano". En declaraciones recogidas por la BBC, Wallace enfatizó la superioridad de estos misiles sobre las armas rusas, afirmando que estas últimas "no están en la misma liga" que las que ahora proporcionará el Reino Unido.

Sin embargo, esta decisión no ha sido bien recibida en Rusia. Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha criticado la ayuda militar a Ucrania y ha prometido "una respuesta adecuada" por parte de las Fuerzas Armadas rusas, según informes de la agencia de noticias TASS.