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Opinión Pública

El signo de los tiempos en que vivimos está caracterizado por la instantánea y masiva forma en que se transmite la información.

El papel que juegan los medios de comunicación en esta tarea es muy importante, reproducen la realidad que orienta a la sociedad y al sistema político, son la común realidad conocida sobre la que se crean los procesos de opinión pública. Un elemento fundamental para el ejercicio de la democracia lo constituye la conformación de la opinión pública.

La opinión pública es el auditorio constituido por el conjunto de ciudadanos. Está compuesta por diferentes corrientes de pensamiento y es inherente a la condición de ciudadano con consideraciones que conciernen o preocupan a la población y que son materia de interés para los poderes del Estado.

Con el objetivo de mantenerse en el ejercicio del poder frente a otros grupos políticos y de preservar las reglas del juego democrático, gracias a las cuales realizan su actuación política, los gobiernos buscan en la opinión pública su legitimación, van ajustando su discurso público conforme observan la dirección de la opinión pública, en consecuencia, el proceso de formación de opinión pública es de continua retroalimentación.

Es un componente primordial para el funcionamiento del sistema político.

La participación popular en los asuntos públicos es la esencia de la democracia. Una forma de participar es informarse sobre estos y desarrollar opiniones alrededor del debate que se lleva dentro de la agenda pública. Para que una democracia se consolide se requiere de ciudadanos políticamente activos y que cada día sean parte de las deliberaciones de los asuntos públicos. Por ello es importante tener una sociedad mejor informada y más interesada en los acontecimientos de la vida pública.

Los medios de comunicación, la prensa libre e independiente deben de tener como objetivo proporcionar información y análisis de manera plural, permitiendo a los ciudadanos elegir entre visiones alternativas a la realidad.

Sin embargo, el panorama es desolador, abundan las noticias falsas, imaginadas e inventadas. Los proveedores de noticias han dejado de discriminar entre lo que es verdad y mentira, y la opinión pública ahora esta sujeta a la actividad de organizaciones dedicadas a la desinformación en la Red, a la propagación de rumores infundados y a la invasión del derecho a la intimidad. El error, la manipulación y la vulgaridad están configurando la opinión pública. Una realidad que amenaza la estabilidad de las democracias. No hay democracia sin información veraz.

Si aspiramos a tener una sociedad bien informada para que participe activamente en las decisiones públicas, debemos de enfrentarnos a la manipulación informativa. Esto no significa restringir la libertad de expresión, pero esta también tiene sus límites: la libertad del otro.

Hace 52 semanas inicié el proyecto de escribir en ContraRéplica, ésta es mi última colaboración. Gracias totales.