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Itzanami Espinosa
Al mirar por la ventana

Son carreras, no carretitas

Seguramente todos hemos escuchado la frase "son carreras, no carreritas", sobre todo en esa etapa de incertidumbre, en la que nos vemos forzados a iniciar nuestra vida laboral, tanto porque ya terminamos la universidad, como porque ya no nos queda más remedio.

Hoy quisiera dirigir estas palabras a las personas que se encuentran en esta situación, cuando no se ve claro el rumbo que alguna vez pensamos que tomaríamos o nos vemos obligados a pausar algunas ilusiones, ya que en verdad, esta frase les puede ayudar a no desistir, a saber que no son los únicos y que sí, aún hay esperanza.

Esta crisis, llamémosle existencial, partiendo del hecho de que se trata de un periodo en la vida de una persona, caracterizado por diversos cuestionamientos acerca de las razones que motivan y rigen sus actos, decisiones y creencias; para nada es fácil de superar, pero definitivamente es posible.

Tenemos que tomar en cuenta que ha sido la sociedad la que ha dictado qué camino debemos tomar, escalón por escalón: naces, creces, vas al kínder, pasas a primaria, luego secundaria, preparatoria y finalmente, la universidad; luego encuentras un trabajo, te casas, compras una casa, tienes familia, envejeces y mueres. ¿Y yo qué culpa tengo? ¿Nosotros qué deberes tenemos que cumplir?

Afortunadamente, estamos en tiempos de cambio y el cambio más importante en estos temas es ser amable con uno mismo, respetar nuestros tiempos y entender que cada quien va trazando un camino y terminar la universidad a los 25 está bien, pero  terminarla a los 35 también está bien; empezar en un trabajo estable a los 20 años está bien, pero cambiar de trabajo hasta encontrar el que de verdad te gusta a los 30 también está bien.

Comprar una casa propia a los 21 (como los padres de mi generación) es muy conveniente, pero si actualmente la vivienda es muy cara (porque lo es) y tú puedes comprar tu casa propia a los 30 o más, definitivamente está bien, es tu camino, son las circunstancias, las variantes son muchas y es inhumano limitarnos a los estándares que nosotros ni siquiera firmamos y que no han cambiado a pesar de que nosotros sí.

Finalmente, les invito a preguntarse, como alguna vez una de mis mejores amigas me dijo: "¿Y quién te está presionando?"; y la respuesta era: YO. Yo con tanto juicio que aprendí por ahí.

Seamos amables con nosotros, esa es la conclusión, consejo, sugerencia.