El 24 y 25 de octubre, Acapulco y otros municipios del estado de Guerrero fueron impactados por el huracán Otis, cuyo poder destructivo provocó el mayor daño que se tenga registrado en el país por un huracán, con consecuencias mayúsculas para la población y la economía del destino y el estado.

 

Ante la magnitud y la inmediatez de la crisis, identificar y presentar cifras reales, verídicas y oportunas no ha sido sencillo, dadas las condiciones de comunicación y la variedad e incluso falsedad en el manejo mediático por diversas fuentes.

 

Bajo esta premisa, presentamos en el Reporte GEMES un balance de pérdidas, daños y acciones emprendidas en el rescate y reconstrucción de Acapulco.

 

Reiteramos nuestra solidaridad y apoyo para las y los habitantes de las zonas afectadas y para los empresarios del sector turístico de Acapulco, industria estratégica para la economía del Puerto.

 

Los daños causados por el huracán Otis al sector turismo de Acapulco y poblaciones vecinas son sumamente graves, históricos para la región y para el país. Las afectaciones alcanzan a toda la cadena de valor del turismo: la hotelería, los restaurantes, centros de convenciones, por señalar sólo algunos de ellos, así como la conectividad aérea y terrestre.

 

La economía del Estado de Guerrero depende en gran medida del turismo y Acapulco es su principal destino. La caída del PIB estatal es un hecho. Acapulco depende fundamentalmente del turismo nacional.

 

De acuerdo con estimaciones realizadas por el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea y su Servicio de Manejo de Emergencias de Copernicus, las afectaciones por OTIS fueron:

 

- 273 mil 844 viviendas afectadas (aproximadamente).

 

- 63% de sus construcciones quedaron inutilizadas.

 

- Daño en mil 157 kilómetros de calles y caminos y 187 de carreteras primarias y secundarias, así como 98 kilómetros de líneas de electricidad y telefonía.

 

- Entre los destrozos en la zona costera, se incluyen 494 hectáreas del Aeropuerto y 8 puentes y pasos elevados.

 

- Mil 438 hectáreas de zona habitable de todo el puerto desaparecieron.

 

- El daño total de áreas habitadas en el puerto sería de 41 por ciento del suelo construido, mientras que el 8 por ciento habría desaparecido totalmente; la costera es la región más devastada.

 

- El informe precisa que sufrieron daños también 59 hectáreas de instalaciones deportivas y recreativas, así como 4 mil 964 hectáreas de bosques, 892 de humedales y 541 de tierra agrícola.

 

- El daño es generalizado; sin embargo, se concentra en las zonas más pobres.