La polémica en torno al actor Héctor Parra ha resurgido con fuerza esta semana, tras anunciarse que enfrentará una nueva sentencia, esta vez por el delito de abuso sexual, sumándose a su condena previa de 10 años por corrupción de menores. La situación se complica aún más con la divulgación autorizada por Alexa Hoffman, su hija menor y parte acusadora, de dos videos que han sido considerados pruebas claves en su contra. 

Los videos, en los que se ve a Parra interactuando de manera cuestionable con Alexa, han desencadenado una serie de reacciones mixtas entre el público y los medios, planteando interrogantes sobre los límites del comportamiento familiar y la interpretación de las evidencias. El caso, que ya contaba con la atención mediática por el perfil del acusado y las divisiones familiares que ha causado, añade ahora un elemento de tensión adicional con la publicación de estos materiales. 

Mientras Daniela, la hija mayor de Parra, continúa defendiendo la inocencia de su padre y criticando al sistema de justicia, Alexa se muestra firme en su decisión de llevar a su padre ante la justicia, argumentando que las acciones de este no fueron simplemente juegos inocentes, sino conductas inapropiadas que ameritan sanción.

La divulgación de los videos ha polarizado opiniones, con un sector del público y expertos cuestionando la relevancia y contexto de estas supuestas pruebas. Sin embargo, el caso se ha convertido en un símbolo más amplio del debate sobre la violencia de género y los desafíos en la persecución de la justicia dentro del entorno familiar.