En un giro sorprendente, los franceses pasaron de la preocupación a la celebración cuando se anunciaron las primeras proyecciones electorales, mostrando una derrota inesperada para la extrema derecha. En el centro cultural La Bellevilloise de París, simpatizantes del Partido Socialista (PS) festejaron el resultado proyectado: entre 180 y 215 escaños para la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP), relegando a la ultraderecha a un tercer lugar.

El ambiente de la plaza de la República en París se transformó en una fiesta multitudinaria con cantos y pirotecnia, celebrando la resistencia de los valores humanitarios y la diversidad frente al avance de la extrema derecha. La coordinadora general de la Internacional Socialista, Chantal Kambiwa, destacó el coraje y la movilización del pueblo francés, mientras continuaba el escrutinio oficial confirmando la victoria del NFP.

Esta elección demuestra un contundente rechazo a la ultraderecha, con los franceses reafirmando su compromiso con los derechos humanos y la acogida, en un escenario que aún reconoce la fragilidad de la mayoría alcanzada, pero que promete luchar por mantener los valores de la izquierda.