El complejo presidencial de Seúl fue sorprendido por la caída de globos cargados de basura enviados desde Corea del Norte. Autoridades de seguridad surcoreanas informaron a la AFP que movilizaron equipos especiales para recoger los residuos, asegurando que los materiales fueron manejados de manera segura.
Se trata de la décima ocasión en lo que va del año que Pyongyang lanza globos cargados de desechos hacia Corea del Sur, presumiblemente en represalia por la propaganda difundida por Seúl contra el régimen de Kim Jong Un. Sin embargo, es la primera vez que estos globos alcanzan la oficina presidencial, un área que normalmente está bajo estricta vigilancia y protegida por una zona de exclusión aérea.
"Los equipos de respuesta a ataques químicos, biológicos y radiológicos han recogido con seguridad los globos de residuos", declaró el servicio de seguridad presidencial a la AFP.
En reacción a los miles de globos enviados por Corea del Norte desde mayo, Corea del Sur ha intensificado sus retransmisiones de propaganda a través de altavoces situados en la frontera, dirigidos hacia el norte. Esta táctica de propaganda sonora se había reducido en años recientes, pero ha sido retomada a pleno rendimiento como respuesta a las provocaciones de Pyongyang.
El intercambio de globos y propaganda entre las dos Coreas es un reflejo de la tensión persistente en la península. Mientras Seúl busca contrarrestar las ofensivas psicológicas de Pyongyang, la comunidad internacional observa con atención estos movimientos, que agregan más tensión a una región ya de por sí volátil.
La acción de Corea del Norte de enviar basura como parte de su estrategia de propaganda es vista por muchos como un intento de humillar y provocar a Corea del Sur. Por su parte, Seúl continúa utilizando todos los recursos disponibles para asegurar la protección de sus instalaciones y mantener la moral alta en medio de estas tácticas inusuales.
La situación sigue desarrollándose, y las autoridades surcoreanas permanecen en alerta máxima para cualquier nueva ofensiva desde el norte, mientras refuerzan sus propios métodos de propaganda y defensa.