Este martes, 10 de septiembre, se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha para reflexionar sobre un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 700,000 personas se quitan la vida cada año, lo que representa una de cada 100 muertes a nivel global. Este hecho subraya la urgencia de trabajar en la prevención y sensibilización sobre este tema.
El suicidio no discrimina; afecta a personas de todas las edades, géneros y niveles socioeconómicos. En España, los datos también son preocupantes: en 2023, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó 3,952 suicidios, aunque esto representa una disminución del 6.5% con respecto al año anterior. Aun así, el suicidio sigue siendo la principal causa de muerte externa en los hombres.
Entre los factores más comunes que pueden llevar al suicidio se encuentran los trastornos mentales, como la depresión, así como el consumo de sustancias y las situaciones de crisis personales, como la pérdida de un trabajo o un ser querido. La depresión, en particular, es un factor de riesgo significativo, ya que muchas personas que la padecen consideran el suicidio como una salida a su sufrimiento.
Reconocer las señales de advertencia es fundamental. Hablar sobre la muerte, despedirse de familiares o amigos, el aislamiento social y los cambios drásticos en el comportamiento son algunos de los indicios a los que debemos estar atentos. En estos casos, es crucial buscar ayuda profesional y brindar apoyo emocional a quienes lo necesitan.
Si alguna vez sientes que puedes estar en riesgo de suicidio, o conoces a alguien que lo esté, no dudes en buscar ayuda. La prevención del suicidio es posible con el apoyo adecuado, la comprensión y la intervención a tiempo. Este Día Mundial para la Prevención del Suicidio nos recuerda la importancia de estar presentes, escuchar y actuar para salvar vidas.