Este domingo ocho se septiembre, el Senado de la República inicio actividades, y es que la Comisión de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos a cargo de las Senadoras Morenistas Ernestina Godoy Ramos, y Citlalli Hernández Mora, comenzaron el debate de la propuesta de reforma presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 5 de febrero, que polémicamente se han negado a crear foros abiertos para el debate de la reforma, pues argumentan que solo quieren cumplir con los tiempos establecidos en la Ley para su aprobación para finales de este mes.
A todo esto, se le suma que la coalición gobernante tiene una amplia mayoría en la cámara alta, sin embargo, no la que se necesita para aprobar dicha reforma, lo cual tiene los ánimos calientes en el escenario político, pues todo apunta a que solo les hace falta un senador para que esto pase de manera ordenada y sin sobre saltos, lo que deja la pregunta en la bancada de la oposición sobre ¿Quién será el vendido?, ahora según los representantes del PAN, PRI, MC y los independientes, han salido a decir y afirmar que ellos no votaran a favor de dicha reforma, pero como ya no es nada nuevo, nadie confía en ello y por ello el nerviosismo.
Ahora, tampoco hay que olvidar que el tiempo está corriendo y la parte oficialista no va a cambiar en lo absoluto su reforma y mucho menos aceptar una contra reforma como lo ha expuesto la ministro presidente Norma Piña, quien ha pugnado porque obre la calma y no nos dejemos cegar por los ánimos a favor y en contra, pues esta reforma debería de ser en favor de la Justicia en México y no una venganza personal, como es que lo están haciendo ver.
Finalmente, hemos visto como el hacer política no es del Poder Judicial, pues en lugar de generar simpatía por su movimiento, solo se dejaron llevar por discursos elitistas, clasistas y humillantes, si bien, no por parte de los ministros de la suprema corte, si por aquellos que eran trabajadores del Poder Judicial, quienes en redes sociales no se cansaban de despotricar en contra de aquellos que apoyaban la reforma, poniéndose su sotana de superioridad y ninguneando a los que los atacaban, en lugar de explicar con palitos y bolitas a la ciudadanía en general, lo que estaba pasando, pero por el contrario, su mala comunicación ha dado como consecuencia que hoy, no tengan la simpatía de la mayoría de los mexicanos. En conclusión, la batalla que llevaron a cabo fue un rotundo fracaso, si bien nunca ha sido su tarea congraciarse con el pueblo, hoy debieron de haber jugado esa carta, desgraciadamente no aprendieron como es que el Ejecutivo hacía política con ellos, pues es la segunda que les hace y esta vez, nos costara caro.
Pd. ¿Qué pasó con la suspensión emitida por los jueces de distrito? Acaso estamos viendo como no hay un orden jurídico en el país…