Una huelga general paralizó Grecia, con el amarre de barcos y la interrupción de los servicios ferroviarios y de autobuses en todo el país, mientras miles de trabajadores se manifestaban en la capital, Atenas, exigiendo mejoras salariales y una reducción en el coste de vida. Médicos, profesores, trabajadores del transporte y constructores, miembros de los principales sindicatos del sector público y privado, se unieron a la protesta, que fue desencadenada por el persistente impacto de la crisis de la deuda griega y el elevado costo de los bienes esenciales.
En la Plaza Syntagma, los manifestantes, entre los que se encontraba Stratis Dounias, un empleado de los tribunales, expresaron su frustración por el constante aumento de los precios. “Cada vez que vamos al supermercado y cada vez que llegan las facturas de la electricidad, sufrimos pequeños infartos”, dijo Dounias. Las pancartas con consignas como “Huelga general contra la subida de precios” fueron levantadas mientras los participantes coreaban “Los derechos de los trabajadores son la ley”.
Aunque la economía griega ha mostrado signos de recuperación desde la crisis de la deuda de 2009-2018, los salarios continúan siendo bajos en comparación con el promedio europeo, y el PIB per cápita se mantiene entre los más bajos de la UE. La inflación y el aumento de los precios de los alimentos, la energía y la vivienda han mermado el poder adquisitivo de los ciudadanos.
El gobierno de Kyriakos Mitsotakis ha implementado aumentos en el salario mínimo y las pensiones, pero los griegos consideran que estos ajustes no son suficientes para contrarrestar el elevado coste de vida. “Nuestro poder adquisitivo se ha reducido en un 50 por ciento”, señaló el pensionista Giorgos Skiadiotis, subrayando que los aumentos salariales no alcanzan a cubrir las subidas de precios.
GSEE, el mayor sindicato del sector privado, ha culpado a los oligopolios por las prácticas de fijación de precios, que consideran responsables de los altos costos. Mitsotakis ha reconocido que se puede mejorar el nivel de vida, pero los griegos exigen medidas más contundentes para recuperar su poder adquisitivo.