David Ignacio Olivares Zúñiga, de 26 años, señalado como parte de una red de lavado de dinero vinculada a PEMEX, está desaparecido desde marzo pasado. Según la Fiscalía General del Estado de Tabasco, el joven fue visto por última vez el 20 de marzo cuando salió de su domicilio en el centro de Villahermosa a bordo de un Chevrolet Beat, sin que hasta ahora haya rastros de su paradero.
Olivares Zúñiga figura entre los colaboradores cercanos de Gerardo Sánchez Zumaya, acusado de encubrir 15 mil millones de pesos a través de operaciones fraudulentas en el sector petroquímico. Una investigación del diario Reforma señala que Olivares emitió 379 comprobantes fiscales digitales por internet (CFDI), formando parte de un esquema orquestado por Sánchez Zumaya y un grupo de socios menores de 30 años.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, ni Sánchez Zumaya ni su entorno han emitido declaraciones públicas sobre la desaparición de Olivares. Este caso no solo evidencia la magnitud de las operaciones ilícitas, sino también la vulnerabilidad de quienes participan en ellas.
La desaparición de Olivares Zúñiga ha encendido alarmas sobre posibles represalias o intentos de ocultar evidencias. Mientras tanto, las autoridades de Tabasco mantienen activa una ficha de búsqueda, instando a la ciudadanía a proporcionar información que pueda ayudar a localizarlo.
El caso de Sánchez Zumaya, ampliamente documentado, apunta a un esquema de lavado de dinero que involucra empresas "especializadas" en productos petroquímicos. Este modelo ha sido clave para desviar recursos millonarios, dejando a su paso una red de complicidades y ahora, posibles víctimas.
La situación no solo resalta la complejidad de desarticular redes financieras ilegales, sino también la urgencia de proteger a quienes podrían ser piezas clave en las investigaciones.