El pasado 15 de diciembre, más de 30 delfines fueron hallados muertos a raíz del vertido de fuel ocasionado por el naufragio de dos petroleros rusos en el mar Negro, según informó el Centro de Protección de Delfines Delfa, con sede en Krasnodar, Rusia. El vertido afectó gravemente la fauna marina, particularmente a los delfines, cuya muerte fue un indicativo del impacto ecológico de la catástrofe.
El presidente ruso, Vladimir Putin, informó que aproximadamente el 40% del fuel que transportaban los petroleros Volgoneft 212 y Volgoneft 239, alrededor de 9,200 toneladas, se derramó en el mar, exacerbando los daños medioambientales. Ambos petroleros, que fueron construidos hace más de 50 años para navegación fluvial y luego adaptados para navegación marítima, naufragaron durante una tormenta cerca del estrecho de Kerch, que conecta el mar Negro con el de Azov.
El Volgoneft 212 se partió en dos a unos 7-8 kilómetros de la costa, mientras que el Volgoneft 239 estuvo varias horas a la deriva antes de encallar a unos 80 metros de la costa en Krasnodar, una región muy visitada por turistas durante la temporada de verano.
Este naufragio y el subsiguiente vertido de fuel son parte de una serie de incidentes ecológicos que han afectado el mar Negro en los últimos años. El mar es hogar de una rica biodiversidad, que incluye especies protegidas como los delfines del mar Negro, cuya población ha estado en constante declive debido a la contaminación, la pesca excesiva y los impactos del cambio climático. La reciente catástrofe subraya la necesidad urgente de tomar medidas más estrictas para proteger los ecosistemas marinos en la región.
El vertido de fuel también ha generado preocupación en la comunidad internacional sobre la seguridad de los petroleros envejecidos que operan en aguas del mar Negro, especialmente aquellos que han sido adaptados para navegar en condiciones más complejas. Expertos medioambientales advierten que los derrames de este tipo pueden tener efectos devastadores no solo para la vida marina, sino también para las comunidades costeras que dependen del mar para sus actividades económicas.