Las fuertes nevadas que azotan el Reino Unido y Estados Unidos han generado trastornos significativos en el transporte aéreo y terrestre. En el Reino Unido, aeropuertos como Manchester, Liverpool, Birmingham y Bristol se vieron obligados a cerrar temporalmente sus pistas debido a la acumulación de nieve y hielo, lo que resultó en la cancelación de numerosos vuelos y retrasos en los servicios ferroviarios.
En Estados Unidos, una tormenta invernal ha afectado a múltiples estados, desde el Medio Oeste hasta la Costa Este. Según datos de FlightAware, hasta el 5 de enero de 2025, se habían cancelado más de 1,300 vuelos y 414 habían sufrido retrasos. Además, se reportaron cortes de electricidad que afectaron a aproximadamente 300,000 personas en estados como Misuri, Kentucky y Virginia.
Las autoridades locales han emitido advertencias y recomendaciones para los viajeros, instándolos a verificar el estado de sus vuelos y a tomar precauciones adicionales en las carreteras debido a las condiciones meteorológicas adversas. Se espera que las condiciones mejoren a medida que las tormentas disminuyan, aunque las bajas temperaturas podrían persistir durante los próximos días.
Estos eventos climáticos extremos resaltan la vulnerabilidad de las infraestructuras de transporte ante fenómenos meteorológicos severos y la necesidad de medidas preventivas para mitigar sus impactos en la movilidad y la seguridad de los ciudadanos.